Cataratas del Iguazú - Bienvenidos al Paraíso

Desde Mendoza condujimos hasta Córdoba donde pasamos un par de días antes de embarcar en nuestro vuelo a Iguazú.

En cuanto aterrizamos y pusimos un pie fuera del avión, casi como una bofetada, un calor húmedo nos dio la bienvenida a la selva. Desde el aeropuerto compartimos un taxi hasta nuestro Airbnb cerca del hito de las tres fronteras junto con otra pareja argentina.

Los dos próximos días serían intensos, ya que íbamos a visitar los dos lados de las cataratas, así que nos fuimos temprano a la cama.

No nos costó mucho levantarnos y coger el bus hasta la entrada del lado argentino. Recorrimos todas las pasarelas que pudimos (alguna un par de veces) sin dejar de maravillarnos con aquel festival de agua al parecer ilimitada en caída libre. Caminábamos justo por encima de las cascadas, rodeados de agua en suspensión. El estruendo era incesante. Sin embargo, parecería que alguien pudiera presionar un botón en cualquier momento y el espectáculo quedaría en pausa. Los coaties mariposas y otra fauna y flora complementaban esa sensación de estar en el paraíso.

El lado brasilero al día siguiente sería diferente, ya que se ven los saltos con una mejor perspectiva. El recorrido fue algo más corto y por lo tanto siempre íbamos acompañados de una multitud. Además de la fauna y flora del lago argentino, también nos acompañaban unos monos traviesos que saltaban de árbol en árbol. No es fácil determinar que lado es más impactante, pero desde luego los dos son de visita obligada.

La excursión a las cataratas realmente fue una experiencia extraordinaria difícilmente explicable, incluso con las imágenes del siguiente vídeo. Te dejamos juzgar a ti mismo que lado es tu preferido.